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En Qué pequeña es la moda hablamos de todas las cosas importantes, y esta semana no podía faltar un tema que no nos deja igual, el sexo en la moda.
Qué pequeña es la moda: La crónica, la crítica y el análisis de moda, en versión mesa camilla. O barra de bar. O aquelarre. Que es lo que suelen hacer Leticia García, Carmen Mañana y Rafa Rodríguez regularmente cuando nadie los ve y, sobre todo, los oye. Tres intrépidos periodistas conjurando los demonios de la industria del vestir –pero también de su profesión– para exorcizarlos, sacándoles los colores sociales, políticos, económicos y culturales. Si aún crees que la moda es una cosa muy tonta de la que ni siquiera eres partícipe, entonces deberías escucharlos. Si no, también. Y que los anunciantes los pillen confesados.
Después de un año largo de pandemia, la cuestión sexual vuelve a ser acuciante. También en la moda. Los reclamos erótico-festivos dominan de nuevo colecciones, campañas de publicidad e incluso portadas de revistas, recordándonos el viejo adagio de esta industria: el sexo vende. Casi siempre para mal, claro.
El sexismo, la misoginia y otras formas opresión (no solo hetero, sino también homopatriarcal, ojo a ese melón) han dominado el juego hasta ahora. ¿Ha cambiado la mirada sobre el cuerpo de la mujer y su representación o seguimos como estábamos? ¿Están enviando mensajes contradictorios los nuevos ídolos de la generación woke con sus sexualizadas elecciones indumentarias? ¿A qué viene tanto corsé, tanto bondage y tanta carne en el asador? ¿Es el body positive otra tangana? ¿Y qué pasa con los tíos, eh? Sí, esta entrega viene caliente, caliente.
